lunes, 21 de enero de 2013

Mi hijo no habla. ¿Debo preocuparme?



Hay muchos padres que se preocupan porque sus hijos de entre 18 y 24 meses no hablan. Respecto al lenguaje, hay niños que lo sacan más tarde sencillamente porque no les hace falta. Otros, tienen trastornos y conviene tratarles y estimularles para ayudarles, este es el caso de mi hija.

¿Cómo distinguir entre una cosa y otra?  
   
¿Tu hijo se comunica correctamente?

  • Señala objetos para pedir o para compartir (o te trae objetos para enseñártelos)
  • Mira hacia el lugar donde tú señalas (no tu dedo)
  • Responde a órdenes sencillas y parece entenderlas (responde a "no", o a "ven aquí")
  • Responde a su nombre (Si le llamas se da la vuelta, por ejemplo)
  • Tiene buen contacto ocular con la gente en general (si te encuentras con alguien por la calle, lo mira o si le hablan les mantiene la mirada, no los ignora)

Si hace estas cosas, lo normal es que simplemente sea eso, que no necesita hablar porque ya se hace entender de otra manera

¿Comienza a desarrollar juego simbólico?

Estos son algunos ejemplos:
  • Hace cómo que conduce un coche
  • Juega a las muñecas, las acuna, les da de comer, las pasea (pero no fijándose en como giran las ruedas de la silleta)
  • Hace cómo que habla por teléfono

¿Cómo lleva las relaciones sociales?
  • ¿Imita?, es decir, si le cantas canciones como los 5 lobitos, etc… ¿Lo repite, interacciona?
  • ¿Tiene sonrisa social y reconoce a la gente? (Sonrisa social es una sonrisa devuelta, es decir si tú le sonríes te devuelve la sonrisa o sonreír cuando ve una cara conocida)
  • ¿Dice hola y adiós con la manita, lanza besos, etc.?
  • ¿Está tranquilo cuando hay mucha gente o gente nueva o no lo lleva bien?
  • ¿Le gusta que le cojan o lo rechaza, no dejando que nadie le toque?
  • ¿Hace caso a otras personas? ¿Interacciona con sus iguales o los ignora?

¿Qué le interesa?

  • ¿Juega como otros niños o se obsesiona con espejos,  reflejos o sombras?
  • ¿Utiliza los juguetes de forma correcta o se limita a tirarlos o a girar las ruedas de los coches o cualquier objeto que gire de forma obsesiva?
  • ¿Se interesa por variedad de juguetes o sólo le interesan un tipo de juguetes o de cosas y además no les da el uso debido?.



No quiere decir que si un niño presenta alguno de estos síntomas de forma aislada, tenga un trastorno, pero si además de el lenguaje y comunicación las otras áreas se encuentran afectadas, no está de más pedir consejo a un profesional, sobre todo al llegar a los 18 meses.

Cuando mi hija tenía esta edad, yo tenía muy claro que no hacía muchas de estas cosas, por no decir casi ninguna. Llevaba ya unos meses sospechando que algo pasaba pero su pediatra no le daba importancia e incluso me tomaba un poco por “loca”. Por eso comenté aquí que siempre hay que hacer caso a unos padres preocupados.

Estas consultas al pediatra se sucedieron a partir de los 12 meses y, las cosas que me hicieron a mí pensar que algo no iba bien en el desarrollo de mi pequeña fueron estas:
  • Lo más importante y lo que más nos alarmó, fue que no respondía al nombre, parecía sorda pero no lo estaba porque con otros sonidos si respondía, incluso si me ponía a cantar o le decía: “¿Y mi niña guapa?” Miraba. Pero con su nombre, como si no lo oyese. Lo que hizo realmente que nos diéramos cuenta de esto es ver a su prima 3 meses menor girar la cabeza 180 grados cada vez que la llamaban
  • Tenía una capacidad de concentración increíble, podía pasarse ratos interminables concentrada en un juguete que le interesase, es decir, con música y luces de colores
  • Llevábamos meses “jugando” con ella a hacer torres, al principio hacia torres de dos bloques, después dejó de hacerlo y sólo le interesaba destruirlas y tirar las piezas
  • No conseguía que centrara la atención en nada, esto a su vez complicaba mucho el aprendizaje, ya que sin su atención no podía explicarle las cosas…Costaba conectar bastante con ella…Nosotros siempre hemos tenido conexión con ella, pero viéndola ahora me doy cuenta que era muy precaria…Tampoco tenía con qué comparar (primeriza total)
  • A los 8 meses repetía sonidos, mamá, papá, sin sentido pero lo hacía...Dejó de hacerlo
  • A los 9 meses se ponía de pie agarrándose y gateaba pero a los 12 meses aún no se había soltado; la vea muy patosa y sin miedo a nada. Me extrañaba mucho porque su desarrollo motor siempre había estado muy por encima de la media: enseguida mantuvo el cuello, sobre los 4 mese y medio se daba vuelta de boca-arriba a boca-abajo. Tardó hasta los 15 meses y medio en soltarse.
Cuando nos atendieron en atención temprana lo que más les llamó la atención fue la falta de contacto ocular...La verdad es que en eso ha mejorado bastante. Es importante poder establecer una buena conexión con el niño para poder enseñarle cosas y trabajar con él. A veces, es difícil de conseguir y entonces la estimulación se complica mucho. Por suerte, yo con mi hija lo he conseguido: me mira mucho, incluso con cara de pilla cuando hace algo que no debe, y esa conexión que tenemos es lo que nos facilita la tarea de enseñarle cosas nuevas cada día. 

PD: No soy profesional ni especialista de estos temas, sólo una madre que comparte sus experiencias.


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domingo, 20 de enero de 2013

Un "Picasso" en casa



Cuando mi hija era más pequeña  (alrededor de los 14-15 meses), como yo estaba en casa todo el día con ella y no la llevaba a la guardería, pensé en comprarle cosas para pasar la mañana; una de ellas fueron los típicos “plastidecor” de toda la vida...Así que, un día, cogí folios, la senté en la trona (era la única forma de mantenerla sentada) y le enseñé como hacerlo:

-¡Ale! ¡Mira que chuli! ¡Rojo!

 Y yo pintaba rayas rojas. Se entretuvo un rato viéndome hacer...

-Ahora tú, guapa....

Le doy un lápiz y pongo su manita sobre el folio, ayudándole a hacer trazos...Se resiste y acto seguido tira el lápiz al suelo. Repito la operación unas cuantas veces con el mismo resultado...¡¡Fracaso total!!

Así estuvimos durante un tiempo: intentando enseñarle, hasta que se cargó todos los lápices y no pintó nada de nada. A la vista del éxito de la operación “vamos a pintar” decidí esperar a que fuera a la guarde, a ver si por imitación con otros niños lo acababa haciendo, y así fue. 

Un día de otoño, de esos que es ya la cuarta o quinta tarde de lluvia y de encerrona en casa se me ocurrió sacar de nuevo lápices y folios y empecé a pintar...Cuál fue mi sorpresa, cuando la niña empezó a hacer lo propio pero super afanada, ¡oye! Tanto, que pintaba el folio, el suelo y todo lo que se le ponía por delante...jajaja. Era llegar a casa, buscar los colores y folios, tumbarse en el suelo y a pintar. En fin, que mi niña es una artista y Picasso se queda corto...Lo digo yo, que soy su madre,

A partir de entonces disfruta un montón pintando, hasta en la guarde me dicen que le encanta...Así que, fuimos a Ikea a comprar la típica mesa y silla de color azul que casi todo el mundo tiene. Ahora ella tiene su lugar de trabajo y ese es el único sitio donde pinta. Esto nos ayuda a que la niña esté ratos sentada, haciendo actividades más tranquilas y no sea todo un no parar, cuandoconseguimos sentarla, claro. 



Otra cosa que  le vuelve loca son los “gomets”; esas pegatinas con formas geométricas que utilizan los peques en el cole. En la guarde de Paula llevan una agenda donde cada día nos escriben lo que han hecho, el día que vi que habían “trabajado” con gomets fui a comprar unos para practicar en casa. Es buenísimo verle con el gomet en el dedo y como intenta pegarlo; después de muchos pegados y despegados entre sus deditos al final lo pega y con el índice lo repasa para que quede correctamente pegado.

Más adelante, me hice con un cuadernillo de pegatinas de la edición Susaeta sobre los animales de la granja;  tenia dibujos de lugares de la granja con espacios en blanco para ir pegando pegatinas de los animales correspondientes. Como es muy pequeña, yo le indico el sitio y le doy la pegatina del bicho correspondiente, ella lo pega y luego hacemos la onomatopeya...es muy didáctico y entretenido. Además de este cuadernillo, también tenemos otro -de pegatinas- para trabajar las partes de la cara.

Todas estas actividades, entre otras, son opciones muy buenas para realizar en días en días de lluvia, viento y frío como los de este fin de semana. Trabajamos la motricidad fina, la atención y el lenguaje. Así que, os animo a todos a practicar en casa con vuestros peques.

¡Gracias!


"Es de bien nacido el ser agradecido". Así que muchísmas gracias por vuestras visitas y comentarios. Hoy me he levantado muy contenta al ver que hemos llegado a las 2000 páginas vistas y después de una dura semana, ha sido una inyección de moral muy grande. Es cierto, que aunque no sea una gran cantidad, ya que hablamos de "views" y no de visitas, sólo llevamos diez días  por aquí así que, estoy más que satisfecha.  Esta semana ha sido díficil porque hemos tenido "fiesta" todas las noches. Aunque también ha habido avances muy positivos por parte de "chiquitica" que ya os iré contanto, ella es nuestro principal motor para seguir al pié del cañón. ¡Feliz Domingo!  

viernes, 18 de enero de 2013

Lactancia en el bebé con intolerancias



Al nacer mi hija, su alimentación era lactancia materna exclusiva, pero a la niña -que se adelantó un poquito- le costaba mucho cogerse al pecho y se quedaba dormida, así que después de perder 400 gramos en menos de una semana, en urgencias pediátricas, nos aconsejaron completar las tomas con biberón.

 Su pediatra puso el grito en el cielo al ver que yo no había suprimido la leche de vaca de mi dieta...así que la cambié por leche y yogures de soja, pero seguí tomando derivados. Yo era una ignorante en estos temas; todo eso de la leche me sonaba raro...Pero por si acaso, hice lo que me dijo. Parece que el sistema digestivo de los recién nacidos es inmaduro y esto puede propiciar intolerancias. Lo curioso es que a mí me dijeron de no tomar leche pero que a mi hija le completara con lactancia artificial. En aquel momento no caí, pero ahora me parece una total contradicción. 
 
A la niña parecía que la leche artificial no le iba mucho así que, también pensando en no perder la lactancia, me compré un sacaleches: lo que hacía era darle pecho y después, completaba con bibes de leche materna...Esto fue muy bueno para la peque  -para la madre un poco estresante y agotador-, hasta que empezó a agarrarse bien al pecho y disfrutamos de un segundo mes muy tranquilo...

Tras esta época de paz y tranquilidad, Paula empezó a echar leche (poquita cantidad ) a las dos horas de la toma, y parecía molestarle porque se despertaba quejándose; además tenía muchos gases y según su pediatra, una caca muy líquida (como auténtica primeriza no tenía ni idea)...Podía ser el temido cólico del lactante...



Hacía los 3 meses y medio, al churumbel había que empezar a meterle algún biberón artificial, ya que mamá se tenía que incorporar a trabajar en un mes, y aunque congelaba leche y todo, la central lechera no daba para tanto... 
Así que, empezamos a darle un bibe de leche artificial con cereales en la última toma; a partir de aquí, los síntomas empeoraron:  seguía tirando leche a las dos horas de las tomas y cada vez estaba más molesta -ya no se quejaba, ahora chillaba-. Tenía muchos gases, sueño muy inquieto y episodios de llanto inconsolable. Prefiero no recordarlo...A mí, me extrañaba lo de los cólicos porque pensaba que a partir del tercer o cuarto mes, debía mejorar  y sin embargo, iba a peor...Paula empezó a rechazar el pecho, los bibes...Todo, menos el agua, eso sí le gustaba, pero era ver un bibe de leche o acercármela al pecho y tiraba la cabeza hacia atrás y se ponía tiesa, arqueando la espalda. 

 Llegados a este punto, fuimos a ver a un gastroenterólogo pediátrico, que le diagnosticó reflujo gastroesofágico producido por una intolerancia a la proteína de la leche de vaca (IPLV), y de premio una esofagitis. Así  yo tampoco comería ni dormiría...¡Pobretica mía! Le mandaron medicación, y a mí, aguantar todo lo que pudiera la lactancia materna y después darle una leche hidrolizada ( en ésta la proteína de la leche de vaca esta parcialmente digerida). Además, me dijo todo lo que no debía tomar yo para darle el pecho con seguridad , ni leche, ni queso, ni yogures, ni jamón york (algunas marcas si), ni galletas (algunas marcas si), ni ternera...Cambié mi dieta por completo y si me hubiesen informado bien desde el primer día, hubiese evitado a mi hija pasar por todo esto. 


Intenté prolongar todo lo que pude la lactancia…Pero al dejarla mejoró, posiblemente yo estaba tomando algo que le sentaba mal (creo que el huevo). Hasta los 7 meses, no se normalizó el tema de los llantos inconsolables y noches inquietas y más adelante, volverían algunos problemas por alergia a la naranja e intolerancia al huevo…Pero por suerte, la experiencia nos ayudó a actuar y reconocer rápido las siguientes intolerancias y a eliminar los alimentos correspondientes de la dieta de la peque. 

Os dejo algunos síntomas que pueden hacer sospechar intolerancia a la proteína de la leche de vaca:

  1. Síntomas gastrointestinales: heces líquidas, muchos gases o vómitos
  2. Regurgitaciones: Los bebés suelen echar alguna bocanada, pero si vemos que es muy frecuente y se queja o que no aumenta adecuadamente de peso, puede ser porque no le esté sentando bien la leche
  3. Llantos inconsolables: Cuesta mucho calmarlos, ni con movimiento ni nada de nada. Esto es un síntoma del reflujo que les puede provocar la intolerancia
  4. Noches inquietas a causa de gases o dolor de estómago. Digestiones pesadas
  5. Rechazo al alimento

Nosotros estamos en el proceso de reintroducir la proteína de la leche de vaca, nos han aconsejado darle los alimentos, poco a poco, en este orden:
  1. Ternera
  2. Yogurt de leche de continuación
  3. Derivados de la leche: quesos y yogur natural
  4. Leche de crecimiento
  5. Leche de vaca



Entre uno y otro dejamos, mínimo, dos o tres semanas. De momento, hemos superado los dos primeros. Es la segunda vez que hacemos el intento,  por ahora parece que lo tolera todo bien. ¡A ver si hay suerte!

jueves, 17 de enero de 2013

Lo mejor del día



Chiquitica ha empezado la guardería este curso...Y la verdad, que estamos muy contentos con el resultado. A veces pienso que me gustaría verla por un agujerito, pero otras –la mayoría- me digo a mi misma que es mejor no saber, solo viendo los moratones de sus piernecitas puedo hacerme una idea.  

El primer día es duro para todos, te vas de allí pensando cuánto tardará en dejar de llorar y haciéndote mil preguntas pero con la tranquilidad de que estás haciendo lo mejor para ella. La primera semana nos contaron que, un día estando en el patio, de repente perdieron de vista a chiquitica y enseguida vieron que se había ido al lugar donde los papis dejan los carritos (yo al principio también me mosqueé, pero luego vi que el parking de cochecitos es parte del mini-patio), había buscado el suyo ( entre unos 30 ) y se había sentado con su chupete puesto, a la espera de que alguien la sacara de allí...Pobrecita...La verdad que me dio una pena...Pero bueno, al poco tiempo dejó de hacerlo y ya jugaba en el patio como los otros niños...Está claro que todo es cuestión de tiempo. 


En la guardería, chiquitica se lo pasa pipa. Hasta ahora es su padre quien la lleva y recoge; los primeros días se resistía a entrar y lloraba cuando veía a papi marchar, pero enseguida se calmaba. El momento de irse a casa es el más divertido, papá llega a el aula la llama, se agacha y abre los brazos y mi niña sonríe, se levanta y va corriendo hacia él con una felicidad infinita... Me moriría por ser yo, no lo niego, pero le ha tocado a papá. Además, ha sido testigo de  anécdotas muy graciosas: 

Un día cualquiera, papá se disponía a recogerla, entró en el aula y realizó su ritual, en ese momento una de las tutoras intentaba calmar a dos niñas que no paraban de llorar ( eran los primeros días) y al ver al papá de chiquitica que venía a “salvarla”, una de ellas se “escapó” y salió corriendo apartando a chiquitica de su camino y agarrándose a él como una lapa...Esa pensó “con tal de que me saquen de aquí”...

Otro día, al llegar a la guardería, se encontraban todos los niños de su clase tumbados en el suelo en un momento de “relajación” ¿Paula también? Qué raro...Si, si, ella también, aunque resistiéndose a más no poder y con la mano de la “profe” puesta en su espalda para que evitar que se levantase...¡Ah! Ahora ya me cuadra...

Con el paso de los días, Paula tuvo una adaptación completa y estupenda a la guardería: Va feliz y está aprendiendo muchas cosas. Ya nos dijeron en atención temprana que la guardería era la mejor estimulación para ella, y tenían razón; Tan positivo ha sido que pasamos de llevarla sólo por las mañanas a dejarla a comedor, y con lo mala que ha sido ella siempre para las comidas, ha mejorado considerablemente en este aspecto.  Recientemente, hemos decidido dejarla también a dormir la siesta, ya que después del comedor ella se iba a las hamacas como los otros niños (según la tutora parecía querer quedarse) y así, no le rompemos la rutina. Esto le ha venido muy bien a su mami, para poder ir a recogerla y llevarse ese abrazo con carrera, que ahora es mucho más impulsivo y cariñoso que el de hace unos meses...Y creedme, que ese momento es único y para mí es lo mejor del día.

PD: Se ha visto por la calle a los padres de chiquitica compitiendo como sí de una carrera se tratase para ver quién llega primero y recibe ese abrazo tan deseado ;-)