Luego, la merienda: gusanitos mojados en coca-cola y lo ricos que estaban, patatas fritas, sandwiches de nocilla, bocatas de salchichón y jamón, vasos de fanta que se caian sobre la mesa...Y por último soplábamos una tarta casera y de verdad (nada de tarta de pega) que había hecho nuestra madre junto a nuestros amigos, hermanos y puede que algún primo o vecino , miestras todos coreaban el clásico "Cumpleaños féliz".
Y se lo pasaron pipa...Los 6 también los celebró en casa.
Esta vez, hicieron una manualidad rápida para que tuvieran un recuerdo. Una tote bag decorada por ellas (sólo vinieron niñas). Se disfrazaron cada una de lo que quiso, pinté algunas uñas, algunos coloretes y algunos labios. Jugaron un rato en la habitación de mi hija, otro rato con el Sing Star (Karaoke) de Frozen y otro a las estátuas musicales (este era repe del año pasado...Les encanta). Yo hice de "maquilladora". El padre preparó los bocatas, que fueron la meriend-cena junto con los gusanitos, la coca-cola y la fanta. Cuando a una se le derramó el vaso de fanta sobre los gusanitos, todas encantadas rebañándolos antes de comerselos...
Si, ya se que no fue el cumpleaños más "healthy" del mundo, hubo chocolate, refrescos y gusanitos. Un día es un día. Y son niños.
Lo que sí se, es que lo disfrutaron: jugaron entre ellas y no perdidas en un parque de bolas, era un cumple a medida de sus gustos y no un cumple-clon más dónde es todo tan impersonal. Los regalos en su mayoría fueron cosas útiles o/y educativas: libros, calendario-planificador, cuadernos para dibujar, un pijama, un reloj infantil, una manta para el sofá...Cosa que es de agradecer a los padres, la verdad...